El Diario Oficial de Extremadura (DOE) ha oficializado la resolución que inicia el proceso para declarar la 'Caza de perdiz con reclamo en Extremadura' como Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de Patrimonio Cultural Inmaterial. Esta decisión subraya la importancia de esta tradición arraigada en la región.
Fundamentos de la declaración
Según la resolución, la declaración se basa en el "profundo arraigo histórico y social" de esta práctica cinegética. Se considera que trasciende la mera actividad recreativa, convirtiéndose en una "tradición dinámica con alta representatividad social". Sus orígenes se remontan a las primeras normativas de caza en España.
La modalidad de caza posee una "fuerte dimensión simbólica e identitaria", conectando a los cazadores, conocidos como 'cuquilleros', con el territorio y los ciclos naturales anuales. Este vínculo fortalece su sentido de pertenencia y cosmovisión única en Extremadura.
Los conocimientos y rituales de esta práctica se transmiten de generación en generación, principalmente de forma oral y a través de la observación en el ámbito familiar. Este proceso asegura la continuidad del legado cultural, consolidando un sentido de pertenencia único en la región.
Valor biocultural y etnológico
La caza de perdiz con reclamo ostenta un "excepcional valor biocultural y etnológico" debido a la compleja relación entre el cazador y el ave. Esta práctica se basa en un conocimiento biológico exhaustivo de la perdiz roja, incluyendo sus ritmos ecosistémicos, ciclos reproductivos y lenguaje del canto.
La intervención cultural modula la activación sexual del reclamo, sincronizándola con las perdices camperas. Esta dedicación genera una relación íntima y prolongada con el ave, abarcando el cuidado anual en el ámbito doméstico y el lance de caza en el campo.
Saberes derivados de la práctica
De este proceso se derivan saberes fundamentales sobre la selección, el manejo orgánico y la interpretación del canto como lenguaje. Esto conforma una morfología específica de valores culturales y éticos que complementan el vínculo utilitario de la caza.
La manifestación es rica en elementos patrimoniales asociados que refuerzan su valor cultural. Destaca la producción artesanal de la jaula de reclamo, la pieza central de esta práctica, así como las arquitecturas de domesticación y de caza. Además, se ha generado un rico léxico cinegético especializado, clave para la transmisión de conocimientos y la autoidentificación del colectivo.
Implicaciones para el futuro
La declaración como BIC implica una mayor protección y promoción de esta tradición, asegurando su preservación para las futuras generaciones. Se espera que esta medida fomente el turismo cultural y el desarrollo sostenible en las zonas rurales de Extremadura, donde la caza de perdiz con reclamo sigue siendo una actividad relevante.
- Protección del patrimonio: Asegura la conservación de las técnicas y conocimientos asociados a la caza de perdiz con reclamo.
- Fomento del turismo: Atrae a visitantes interesados en conocer las tradiciones culturales de Extremadura.
- Desarrollo rural: Impulsa la economía local mediante la promoción de productos artesanales y servicios relacionados con la caza.
La Junta de Extremadura ha destacado la importancia de esta declaración para reconocer y proteger una de las manifestaciones culturales más singulares de la región. Se espera que esta medida contribuya a fortalecer la identidad extremeña y a promover el respeto por el medio ambiente y las tradiciones ancestrales.